Dra. Auxiliadora Javaloyes Sanchís
Psiquiatra infanto-juvenil. Servicio de Salud Mental de Niño y del Adolescente. CMN.
Todos hemos oído hablar de la hiperactividad y seguro que si pensamos un poco, somos capaces de identificar en nuestro entorno cercano a niños y niñas que encajan en el perfil del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Los estudios de frecuencia detectan que uno de cada veinte niños va a presentar síntomas de desatención, inquietud psicomotora e impulsividad que son lo suficientemente severos como para repercutir claramente en su funcionamiento académico, familiar y social. Esto supone que en cada clase hay entre uno y dos niños van a necesitar de una evaluación y una intervención especializada para asegurar una buena evolución.
Psiquiatra infanto-juvenil. Servicio de Salud Mental de Niño y del Adolescente. CMN.
Todos hemos oído hablar de la hiperactividad y seguro que si pensamos un poco, somos capaces de identificar en nuestro entorno cercano a niños y niñas que encajan en el perfil del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Los estudios de frecuencia detectan que uno de cada veinte niños va a presentar síntomas de desatención, inquietud psicomotora e impulsividad que son lo suficientemente severos como para repercutir claramente en su funcionamiento académico, familiar y social. Esto supone que en cada clase hay entre uno y dos niños van a necesitar de una evaluación y una intervención especializada para asegurar una buena evolución.
La sintomatología central del trastorno va a aparecer antes de los
cuatro años e inicialmente va a manifestarse como una inquietud excesiva que
les lleva a correr constantemente, a encaramarse a los sitios, a cambiar
constantemente de actividad y a ser incapaces de permanecer sentados para comer
o para realizar las tareas escolares. Según van creciendo estos niños y de
forma paralela a cómo crece la demanda académica, la falta de atención va
haciéndose más patente y lleva siempre a un rendimiento académico por debajo de
sus posibilidades. En la edad escolar y en la adolescencia a esta
sintomatología, hay que añadir la impulsividad que tiene como principal
consecuencia una mayor tasa de conflictos entre iguales, y a una mayor tasa de
conductas de riesgo.
En los niños no diagnosticados y que no reciben tratamiento
especializado van añadiéndose con el paso del tiempo problemáticas que en
algunos casos tienen incluso peores consecuencias que las derivadas
directamente de este trastorno. Sabemos que además del fracaso académico y de
la alta frecuencia de conductas de riesgo (consumo de tóxicos, accidentes, etc.),
tres de cada cuatro niños con este diagnóstico, van también a presentar
sintomatología de al menos otro diagnóstico psiquiátrico. Entre los
diagnósticos más frecuentes se encuentran el de trastorno de conducta,
trastorno de ansiedad y episodios depresivos.
Para evitar que los niños con este
diagnóstico crezcan sin recibir la ayuda necesaria es necesario aumentar el
conocimiento del que disponen los padres y los profesionales de la educación y
de la salud. Además se tiene que disponer de un equipo profesional
especializado en la evaluación y la intervención de estos problemas. Es
importante que además de contar con un psiquiatra y un psicólogo especializados
en niños, se disponga de unos profesionales de la psicopedagogía, la
neuropsicología y la terapia familiar para garantizar así que todos los
aspectos de la evaluación y del tratamiento están cubiertos.
En la Clínica Mediterránea
de Neurociencias apostamos por mejorar la asistencia que se está ofertando a
los niños y a las familias con este diagnóstico y para ello, además de realizar
de forma regular actividades de formación a padres y profesionales, disponemos
de una Consulta especializada en el Trastorno por déficit de atención con
hiperactividad que cuenta con un equipo profesional cualificado en este
campo.