miércoles, 20 de febrero de 2013

Violencia de hijos a padres


Violencia de hijos a padres
 

Ante el primer indicio de actitud violenta que presenten sus hijos es necesario pedir ayuda médica y de la Administración con el fin de no agravar el problema. En este aspecto existe una falta de colaboración por parte de los progenitores al entender que supondría reconocer que su labor educativa no ha sido buena. La falta de voluntad familiar a la hora de afrontar una actitud violenta de los menores supone encubrir inconscientemente un problema que, por el contrario, lo que precisa es de una atención inmediata.

 
Los cambios sociales y laborales han llevado a muchos padres a compensar su ausencia familiar hacia sus hijos con objetos materiales, y en muchos casos los jóvenes han pasado la barrera de considerar a sus padres como figura garante de autoridad.

 
Los adolescentes tienen poca capacidad crítica y les es más difícil filtrar lo que está bien de lo que está mal. Esta carencia de capacidad crítica les conduce a introducirse en modas consideradas como suburbanas.

Ante las responsabilidades sociales o delictivas que puedan derivarse de situaciones violentas, los propios jóvenes saben que carecen de las mismas, precisamente, por ser menores.

Respecto a la terapia psicológica o psiquiátrica que estos jóvenes pueden recibir es más fácil detectar la actitud y el problema, pero el tratamiento es más prolongado en el tiempo.

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